8 de noviembre de 2023

Atocha. Quinientos años de historia de Madrid

El 10 de julio de 1523 fue cedida la ermita de Nuestra Señora de Atocha por la abadía de Santa Leocadia de Toledo a los frailes de la orden de Santo Domingo, con el fin de establecer un convento a las afueras de Madrid. La relación que tuvo el santuario mariano con la Corona española desde tiempos del rey Carlos I convirtió a la Virgen de Atocha en patrona de la monarquía española, pero también del Consejo de Indias, de las flotas y galeones y de la villa de Madrid.

En el siglo XII ya se custodiaba en el santuario la imagen de Nuestra Señora de Atocha, que gozaba de gran fervor popular debido a los milagros que se le atribuían. Varios siglos más tarde, en el reinado de Felipe IV, fue cuando la capilla real alcanzó su máximo esplendor, habiendo llegado hasta nuestros días su relación con la Corona española.

Con motivo de la conmemoración del V Centenario de la cesión del santuario de Nuestra Señora de Atocha, el Museo de Historia de Madrid está presentando una pequeña exposición titulada "Atocha. Quinientos años de historia de Madrid". La exposición ha sido organizada por el Ayuntamiento de Madrid y Patrimonio Nacional y comisariada por Raúl Gómez Escribano. Podrá visitarse hasta el próximo 11 de febrero y contemplarse en dos espacios del museo que muestran la relación que a lo largo de los siglos ha tenido este santuario con la villa madrileña y con la monarquía.


En estos espacios se han expuesto algunas piezas emblemáticas que, a su vez, se integran en la narración de la colección permanente del Museo de Historia de Madrid. Se trata de objetos de culto, manuscritos y obras impresas y representaciones, como pinturas y grabados, entre otros. Sin embargo, entre todos los objetos expuestos destacan tres por los que bien vale la visita a esta exposición y que pertenecen a las Colecciones Reales:

En primer lugar, el Manto de la Virgen de Atocha, que fue confeccionado en 1880 en raso de seda bordada con hilo de plata, puntilla de tul bordado y flecos, a partir del vestido de boda de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena.

Junto con él se expone el frente del Vestido de la Virgen, de raso de seda con aplicaciones de plumas y bordados sobre tul con hilos de seda, cordón de chenilla, perlas y cuentas, que fue confeccionado a partir de un vestido de la reina Mercedes de Orléans donado por Alfonso XII tras enviudar el mismo año que contrajo matrimonio, en 1878.

Igualmente se expone el Vestido del Niño, que data de 1852, de terciopelo de seda bordado con hilos entorchados, canutillo y lentejuelas de plata sobredorada, aplicaciones de armiño y puntilla de encaje. El 18 de febrero de 1852, Isabel II donó el manto real que llevaba el mismo día que el cura Merino intentó atentar contra su vida, cuando regresaba de su visita al santuario de Atocha. El manto y el resto de los complementos se utilizaron para elaborar el frente del vestido de la Virgen y el del Niño y también fueron donadas dos coronas riquísimamente decoradas, fabricadas por Narciso Práxedes de Soria, entre un conjunto de piezas de joyería.

Más información sobre la exposición en este enlace.