23 de febrero de 2022

La Edad Dichosa

El Museo Sorolla está presentando una excelente exposición titulada: "La Edad dichosa. La infancia en la pintura de Sorolla", organizada junto a la Fundación Museo Sorolla, que podrá visitarse hasta el próximo 19 de junio. La muestra trata de profundizar en la representación de la infancia en la obra pictórica del artista Joaquín Sorolla y está formada por obras en distintos soportes y materiales, principalmente pinturas al óleo, pero igualmente acuarelas, guaches, dibujos y fotografías así como objetos de interés, entre los que destaca la canastilla de mimbre trenzado para pañales de la familia Sorolla (1890). Las obras pertenecen a las colecciones del Museo y de la Fundación Sorolla, así como de otras instituciones y colecciones particulares, destacando las procedentes de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson.

Desde la Ilustración se trató de dar una mayor importancia a la infancia como una etapa en la que el niño debía dedicarse, principalmente, al aprendizaje y a la diversión.  Estos conceptos llegaron a tener un mayor desarrollo en la sociedad del siglo XIX, cuando fueron creadas leyes e instituciones para velar por su protección y su desarrollo como medio para que llegaran a ser personas útiles para la sociedad en su edad adulta. La familia, tanto la suya propia como este concepto desarrollado dentro del contexto social de la época, fue un tema frecuentemente representado en la obra de Sorolla y su vida de artista es inseparable de la vida familiar que tuvo junto a su esposa Clotilde y sus tres hijos:  María Clotilde, Joaquín y Elena.


A finales del siglo XIX se introduce plenamente el naturalismo en las representaciones pictóricas, recurriendo a los nuevos temas de la vida cotidiana y volviéndose muy populares los temas familiares. Uno de los conceptos que acompañaron a Joaquín Sorolla a lo largo de toda su carrera artística fue la representación de la infancia y obtuvo enorme éxito con sus obras que presentaban a los niños como protagonistas. La niñez puede encontrarse en sus maternidades y en escenas de juegos en ambientes interiores o en exteriores, especialmente escenas de juegos en el agua. También se representa la infancia en escenas de la vida de familias acomodadas y en otro tipo de obras donde se muestra una infancia menos favorecida, de clases sociales más humildes y representada en circunstancias más duras dentro de sus escenas de trabajo infantil, aludiendo a las desigualdades sociales y a sus enfermedades.

Entre todas sus obras destacan los retratos de niños donde sobresalen los de sus tres hijos y queda patente la habilidad del pintor para captar la personalidad de cada uno con sus cualidades propias como la timidez, la alegría, la espontáneidad o la curiosidad. Además de los retratos de sus hijos, Joaquín Sorolla realizó numerosos retratos de encargo para niños de familias de la alta burguesía y de la aristocracia de su época, que nos aportan importantes detalles sobre su modo de vida en cuanto a su vestimenta, la decoración de sus casas y los juegos que tenían, siempre representados con gran naturalismo. Entre ellos destacan el retrato de Basil Mundy (1908), María Luz de Icaza y de León (1905), Ana María de Icaza y de León (1905), los hijos de los señores de Urcola (1907), Casimiro Granzow (1905) y otros.

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