30 de abril de 2023

Enrique Krauze: De héroes y mitos

Una vez más, he tenido el gran placer de recibir de mi admirado Enrique Krauze una de sus obras, la titulada "De héroes y mitos" (México. Tusquets, Biblioteca Histórica, 2021), con una entrañable dedicatoria que dice: "Para mi amiga Inés, desde México, con todo cariño". En esta obra, Krauze ha querido seguir el ejemplo de Daniel Cosío Villegas -uno de los grandes historiadores que ha tenido México-, que a lo largo de su vida siguió siempre el principio de la necesidad de aplicar la crítica a la Historia.

De héroes y mitos es un libro que nos hace reflexionar sobre la manera en la que se ha transmitido la Historia convencional y la importancia del revisionismo histórico y está formado por varios ensayos que el autor escribió hacia el año 2010, cuando se celebró el Bicentenario de la Independencia de México. Su espíritu revisionista se ha enfocado en una triple crítica  historiográfica que se dirige, tanto a la rígida y endogámica Historia académica, como a la Historia que prioriza la ideología pero, también, a la Historia que trata de deificar a los hombres.


La obra de Enrique Krauze se centra en la Historia de México y los mexicanos, pero los españoles podemos vernos reflejados en ella y ser parte de las consideraciones que realiza sobre el tratamiento de la Historia, sus episodios y personajes. En este sentido, al leer el ensayo que trata sobre la "Historia de bronce" y los usos del culto heroico, no he podido dejar de pensar en la figura de Blas de Lezo, entre algunas otras figuras históricas que durante los últimos años han sido subidas al altar de los héroes, en muchas ocasiones, por aquellos que han pretendido utilizar la Historia con carácter nacionalista y otros, que siempre suelen aprovecharse del tirón que en cada momento tiene un personaje histórico para beneficiarse de diferentes maneras. 

Varias de las reflexiones de Enrique Krauze me inducen también a la reflexión:

"En México practicamos con fervor la "historia de bronce", dice Krauze y, también: "En una democracia, el verdadero homenaje a los "héroes" [...] es someter a crítica el género que no solo los ve como agentes únicos de la marcha histórica (aunque en algunos casos su influencia haya sido decisiva) sino como objetos de ciega veneración y reverencia".

Estas palabras vienen al caso para afirmar que en España también se practica, y muy frecuentemente, la "Historia de bronce". El caso de Blas de Lezo ha sido el más señalado de los últimos años: cientos de libros históricos, pseudohistóricos y de novela histórica; exposiciones paseadas por todos los confines del país y exportadas a otros países americanos; conferencias, en muchos casos presentadas por quienes nunca, hasta hacía poco tiempo antes, habían oído hablar de esta figura histórica; estatuas, nombres de calles y un sin fin de iniciativas llevadas adelante por el fervor, muchas veces irracional y fanático, de una parte de la población. 

Estas iniciativas han sido llevadas adelante, en muchos casos, con fines políticos y como arma arrojadiza por quienes, no se entiende por qué razón, tratan de comparar la extraordinaria Historia española con la también extraordinaria Historia británica, situándo a esta última en un nivel inferior en sus episodios históricos y en el nivel de sus personajes ¿no se trata esto de nacionalismo español, precisamente dirigido por muchas personas que después critican el nacionalismo de regiones como la vasca o la catalana? La visión nacionalista de la Historia es nefasta y los nacionalismos empobrecen la cultura.

Debemos analizar y presentar la Historia desde la objetividad y la mesura, sin exaltaciones ni intereses de ninguna clase y a sus personajes con todas sus virtudes y defectos, sin endiosamientos y sin atribuirles exclusivamente el ser la única causa del curso de la historia, como la tantas veces repetida afirmación de que sin Blas de Lezo y el triunfo sobre los británicos en la batalla de Cartagena de Indias de 1741, la lengua actual de toda América sería el inglés. ¿No existen otras circunstancias que influyan en el devenir de la historia y el estado actual de nuestras sociedades, que las acciones de un único hombre o de un solo episodio histórico?

Es igualmente extraordinaria la reflexión que Krauze realiza cuando afirma que, para la Historia de bronce" no hay más "héroes" que los caudillos o los políticos: los hombres del poder, pero "los campos de la creatividad humana son mucho más variados que la política: el saber humanístico y científico, la religión, las causas sociales, las profesiones, las artes, las empresas y en general el mundo (el universo) del trabajo" y recuerda una frase de Melchor Ocampo "¿Hasta cuándo llegará el día en que se aprecie más al hombre que enseña que al hombre que mata?".