22 de septiembre de 2023

Hace cien años y ... todo tiempo pasado fue mejor

Los días 27, 28 y 30 de agosto de 1923 se celebró en la ciudad de Praga el V Congreso Internacional de la Enseñanza Secundaria y previamente habían sido nombrados en España dos delegados oficiales de la Subsecretaría del Ministerio de Enseñanza Nacional para que asistieran a este congreso. Estos fueron don Pedro Armasa Briales -profesor del Instituto de Málaga- y don Rogelio Sánchez -catedrático del Instituto de San Isidro de Madrid-.

En este Congreso Internacional, donde acudieron representantes de todos los países europeos, los delegados españoles presentaron una propuesta audaz, defendida por el señor Armasa brillantemente, en una ponencia que situaba a España en lo más alto ante todos los delegados europeos, proponiendo que el estudio de la lengua castellana, como idioma para los europeos, se incluyera en los planes de enseñanza del Bachillerato en toda Europa. 

Según algunos de los presentes, la proposición fue razonada con argumentos tan sólidos que los congresistas la aprobaron por unanimidad. El acuerdo al que se llegó decía así: "Recomendar a los Gobiernos adheridos que el español sea idioma que se estudie en los bachilleratos, ya con carácter obligatorio, ya, al menos, como idioma a elección entre aquellos que figuran en los planes vigentes".

Según señaló el periódico El Imparcial en su número publicado justamente un día como hoy de hace cien años, el 22 de septiembre de 1923: "La acertadísima y patriótica actuación del señor Armasa Briales en el Congreso de Praga merece toda clase de alabanzas, ya que, merced al sabio catedrático español, adquirirá nuestro idioma en Europa la difusión que merece, con lo que se facilitará en sumo grado el desarrollo y expansión de los intereses espirituales y materiales de nuestro pueblo".

La Revista de Segunda Enseñanza, continuadora de la titulada "Segunda Enseñanza"publicó un resumen del V Congreso Internacional de Segunda Enseñanza, realizado por Rogelio Sánchez, donde destacaba la importancia de la propuesta que él y Armasa Briales habían realizado en Praga y el acuerdo al que se había llegado, que significaba el reconocimiento de que la lengua española debía ser una de las que, como lenguas vivas, figuraran en los planes de la segunda enseñanza europea. Añadía el delegado que, su residencia en Praga había sido un homenaje a España, cuyo nombre en el extranjero era todavía eco que despertaba hondas emociones. El Dr. Jaroslao Lenz, presidente del Círculo Español en Praga, donde más de doscientos checos estudiaban español por amor a la literatura y a la historia española, invitó a Sánchez a dar una conferencia sobre el escritor Jacinto Benavente, que había recibido el Premio Nobel de Literatura en 1922.

Cien años después de este extraordinario logro educativo de España en Europa, los españoles estamos asistiendo a un bochornoso espectáculo organizado por un personaje siniestro que, precisamente lleva el nombre y el apellido de los dos destacados educadores de los que he hablado en este post -don Pedro Armasa y don Rogelio Sánchez- y que pretende que la lengua española quede relegada y ninguneada en las instituciones españolas y europeas para conseguir sus fines inmorales a todo precio, aunque para ello haya que desmembrar España y enfrentar a los españoles.