3 de abril de 2017

María Magdalena Múgica Echarte: In Memoriam

El lunes 20 de febrero de 2017 falleció en Pamplona mi madre, María Magdalena Múgica Echarte. Nació en esta ciudad el 6 de mayo de 1924, del matrimonio formado por Daniel Múgica Gortari y  Gregoria Echarte Eceiza, siendo una de sus 9 hijos y la última en fallecer.

El ingeniero de caminos de Pamplona, Daniel Múgica Gortari,  fue creador y miembro de numerosas sociedades de ingeniería de su época  y entre ellas las empresas "El Iratí" (Compañía General de Maderas, Fuerzas Hidráulicas y Ferrocarril de Navarra); eléctricas como "Hidroeléctrica del Moncayo", "Hidroeléctrica Cinco Villas" e "Hidroeléctrica Vozmediano" y su principal obra, la Sociedad "Huici, Múgica y Compañía", que más tarde pasó a llamarse "Múgica, Arellano y Compañía", conocida empresa de maquinaria agrícola con presencia en toda la geografía nacional.



En 1949 "Malen", como era conocida, contrajo matrimonio en Pamplona con mi padre Ricardo Olaran Añíbarro, doctor arquitecto y doctor ingeniero industrial, estableciendo su residencia en San Sebastián, matrimonio del que nacieron 11 hijos en esta misma ciudad.

Sintiéndose navarra por encima de todo, su deseo era fallecer en Pamplona como sucedió en su casa de la emblemática Plaza del Castillo y fue enterrada en el panteón familiar que mi padre diseñó en el cementerio de esta ciudad, donde descansa junto a otros miembros de su familia.

El 22 de febrero se celebró un funeral por su eterno descanso en la Iglesia de San Agustín de Pamplona y el 24 del mismo mes en la Iglesia de San Fernando en Madrid. Ayer día 2 de abril tuvo lugar una preciosa misa funeral en Madrid, en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, sede de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las Tres Provincias Vascongadas de la que me honro de ser congregante y miembro de su Junta de Gobierno, misa oficiada por el capellán de la Congregación don Pedro Olalde Biain y en la que ha cantado magistralmente el Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid.

Quisiera expresar mi más sincero agradecimiento a todos mis amigos y conocidos que a lo largo de estas semanas me han acompañado en estos momentos y me han dedicado inestimables muestras de apoyo y cariño por la pérdida de mi madre.

En palabras del Padre Olalde: ¡Descansa en paz, Magdalena, zerurarte!